🔸 Kraft Heinz, la emblemática compañía que resultó de la fusión gigante entre Kraft y Heinz en 2015, anunció que se dividirá en dos compañías independientes: una enfocada en condimentos y comidas preparadas (con ventas de aprox. US$ 15.400 millones) y otra dedicada a alimentos menos dinámicos como Lunchables y hot dogs Oscar Mayer (unos US$ 10.400 millones).
🔸 Esta escisión busca simplificar la estructura corporativa para asignar capital y atención a las marcas más prometedoras, pero el mercado respondió con una caída de hasta el 5,5 % en el precio de las acciones, la mayor desde febrero.
🔸 Solis Ernesto, socio fundador de FixPartnersAdvisors, señala que esta división revela una realidad clave en el mundo de las finanzas corporativas, y es que entre el 70% y 80% de las fusiones fracasan.
💬 "En el caso Kraft Heinz, una de las dos compañías mostraba mejor desempeño y proyección que la otra, por lo que los inversionistas castigan el precio de la acción de la empresa combinada. Hay varios motivos de por qué una fusión puede fracasar, pero uno de los más importantes es el shock cultural que se genera cuando se juntan dos organizaciones que tiene culturas distintas. En otros casos el motivo del fracaso es el alto precio pagado o la incapacidad de lograr las sinergias definidas en la fusión. Por eso es muy relevante establecer un camino claro de creación de valor en las empresas fusionadas”.
